Tu Visita Cuenta. MUCHAS GRACIAS!!!

viernes, 30 de abril de 2010

HALLARON SÍMBOLOS ESCRITOS TRESCIENTOS AÑOS ANTES DE NUESTRA ERA


Estos son 10 Glífos MAYAS escritos 300 años a.C. o sea 500 años antes de lo que se pensaba que la Cultura MAYA hubiese descubierto la Escritura
 
Revelan que los mayas desarrollaron la escritura antes de lo que se pensaba.

En las ruinas mayas de San Bartolo (Guatemala) se hallaron jeroglíficos pintados que datan de 200 a 300 a.C. Esto revela que los mayas usaban la escritura al menos dos siglos antes de lo que se creía. La información se publica hoy en la revista Science.

La cultura maya se extendió en Mesoamérica entre el 1500 a.C. y el 1200 d.C. Las ruinas de San Bartolo son muy valiosas por sus murales, de más de dos mil años de antigüedad. Debido al calor y las lluvias en la selva, lo poco que se conserva de la pintura maya se halla dentro o por debajo de edificaciones posteriores, ya que solían construir por encima, destruyendo parte de lo anterior.

Así se han salvado los murales de San Bartolo, pintados al estuco en el siglo I a.C., a pesar de que el sitio fue dañado por los saqueadores de ruinas. Están por debajo de un templo piramidal que mide 33 x 15 metros, con escalinatas al norte y al sur.

"Sustentaba tres habitaciones, de las cuales la central son los muros que rompieron y utilizaron como relleno. En un bloque de un muro están los Glífos", contó a Clarín Boris Beltrán, estudiante de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos, en Ciudad de Guatemala.

Beltrán fue quien detectó la inscripción, un conjunto de diez Glífos que mide 15 x 3 centímetros. "Aún no sabemos en qué parte del muro estaban. Encontramos la jamba de la puerta, que tiene pintados la cara y el cuerpo del dios del maíz", precisó a Clarín el doctor William Saturno, de la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos) y director del Proyecto San Bartolo.

Los Glífos están pintados en gruesos trazos negros sobre yeso blanco. "Es la escritura maya más temprana hallada hasta el momento, pero no fue la primera, porque la persona que hizo esto sabía bien cómo pintar -destacó Saturno-. Si tenemos escribas ya desde doscientos, trescientos años antes de Cristo, haciendo permanentes las historias, la escritura maya debió de comenzar al menos un siglo antes".

Hasta ahora se creía que la escritura más antigua de Mesoamérica era la de los zapotecas, en el valle de Oaxaca (México). "Tenemos escritura en piedra fechada en 300 a 400 a.C.", señaló Saturno. Fue grabada en estelas, bloques de piedra de 1,50 a 3 metros de altura, que se erigían al frente de las estructuras rituales. "Ahí se anotaban acontecimientos de los gobernantes, ascensos al trono, nacimientos y ciertas fechas importantes, como constancias de alguna conquista sobre otro reino", dijo Beltrán.

Algo de eso quizá registren los Glífos de San Bartolo. "Sólo podemos leer una porción del texto, que significa noble, rey; no sabemos si es el título de una persona real o mitológica", indicó Saturno. Algunos Glífos parecen claros -una mano que sostiene un buril o cuchillo, un pájaro en su nido-, "pero no se puede leer la secuencia completa porque hay Glífos que no son similares a los que conocimos más adelante", explicó a Clarín el doctor Federico Fahsen, profesor adjunto de epigrafía en la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos).

Los mayas desarrollaron una escritura silábica, "que perfectamente comunica cualquier idea que uno pueda tener -observó Fahsen-. Hay expresiones glíficas para 'murió', y otras que dicen 'su espíritu blanco voló en el aire'". Escribieron códices, en papel, de los que sólo cuatro se salvaron del fuego de los españoles. Una palabra pervivió desde las inscripciones y hoy es comprendida por todas las etnias: tz'ib, que significa escritura.

Esta es la zona de las pirámides de San Bartolo en el centro del Petén de Guatémala. Ahí se encuentra la pirámide del Tigre la más alta y la más grande en volumén en todo el mundo



viernes, 23 de abril de 2010

VASOS PARLANTES: DE TULUM, LA MUJER DE NAHARON, LA MÁS ANTIGUA DEL CONTINENTE AMERICANO







México, 11.18.2008. Eva de NAHARON tenía 45 años cuando murió y medía 1 metro 41 centímetros. Sus restos óseos tienen 13 mil 600 años de antigüedad, dicen especialistas. La osamenta se localizó en cenote, a 22.6 metros de profundidad.

Se desconocen 95 mil años de historia del hombre, apenas se han documentado los últimos 5 mil del pasado de la humanidad. No obstante, México ha contribuido con el hallazgo y fechamiento de los restos óseos más antiguos del continente encontrados en NAHARON, Quintana Roo.

Estos vestigios pertenecieron a una mujer de 45 años de edad, de un metro 41 centímetros de estatura y un peso de 53 kilogramos. De acuerdo con la prueba del Carbono 14, tiene una antigüedad de 13 mil 600 años, lo que la convierte en la más viejita de la región, incluso más que la Mujer del Peñón de los Baños, con apenas 12 mil 600 años.

Con este informe, Arturo González, director del Museo del Desierto de Coahuila; el antropólogo Concepción Jiménez, de la dirección de Antropología Física del INAH, y el antropólogo Gabriel Saucedo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, anunciaron el cuarto Simposio Internacional El hombre temprano en América, que se realizará del 18 al 22 de agosto en el Museo Nacional de Antropología.

En dicho foro se darán a conocer investigaciones como ésta, que dan respuesta a las interrogantes sobre el poblamiento del continente.

Se tendrá la participación de Carlos Lorenzo, integrante del equipo de Eudald Carbonell, en Atapuerca, España, uno de los sitios arqueológicos más importantes de la evolución humana.

Asimismo, se contará con la participación de José Luis Lanata, investigador argentino que sostiene que los grupos humanos llegaron a América hace más de 18 mil años.

Uno de los trabajos que más llamará la atención es el que presentará James Chatters, acerca del Hombre de Kenewik, uno de los restos óseos que más ha despertado polémica por su afiliación poblacional.



Tulum en la historia

Hace dos semanas, en el Congreso Mundial de Arqueología en Irlanda se reconoció el descubrimiento de Eva de NAHARON realizado por el equipo del paleontólogo Arturo González, en un cueva localizada a 44.5 kilómetros al suroeste del poblado de Tulum, en el sistema subterráneo llamado El Naranjal.

En este lugar, explica el también paleontólogo, se encontró el esqueleto parcialmente completo de una mujer de entre 30 y 40 años de edad, de 141 centímetros de estatura y un peso estimado de 53 kilogramos.

De la osamenta de NAHARON se obtuvo un primer fechamiento de Carbono 14, a través de la técnica de Aceleración por Espectrometría de Masas (AEM), lo que dio una antigüedad de 13 mil 600 años.

González explica que el colágeno encontrado en los tejidos era pobre, así que los especialistas de las universidades de Oxford y California tuvieron que trabajar con el poco material obtenido en los huesos, los cuales permanecieron bajo el agua durante más de 13 mil años.

No sabíamos que los hombres de la Era del Hielo nos habían dejado en Tulum, un testimonio funerario, una mujer viejita que murió a los 45 años y tiene una antigüedad de 13 mil 600 años, añadió Arturo González.



El descubrimiento no fue fortuito, se trabajaba en el Proyecto del Atlas Arqueológico en la región. El ingreso se realizó a través de un cenote de 30 por 45 metros de diámetro. La osamenta humana se localizó a 368 metros de la entrada de la oquedad más próxima, también llamada NAHARON, y a 22.6 metros de profundidad.

Como referencia a este hallazgo, el antropólogo Concepción Jiménez, indica que hasta hace unos años, los restos más antiguos de América eran los de la Mujer del Peñón, fechados en 2000 por el método de Carbono 14. Recordó que esta osamenta fue descubierta de forma accidental cuando el señor Tereso Hernández cavaba un pozo en su propiedad, en la Ciudad de México.

Ante el gran universo de investigación, Arturo González, señaló que se necesitan más arqueólogos, biólogos y paleontólogos interesados en el estudio del ORIGEN DEL HOMBRE.



 
Los habitantes más antiguos de México alcanzan más de 10 mil años

Algunos estudios indican que fue hace más de 20 mil años cuando llegaron los primeros hombres al territorio del Continente Americano. Se cree que fueron tres oleadas de migrantes, provenientes de otras latitudes, las que se asentaron en lugares que poseían abundantes fuentes de recursos naturales como la Cuenca de México. Precisamente fue en esta región donde se localizaron los restos de 54 personas, considerados los habitantes más antiguos de México.

Son la referencia más antigua de la historia antropológica del país y forman la Colección de Hombres Precerámicos, llamados así por pertenecer a un periodo en que la elaboración de la cerámica no existía. También se les conoce como prehistórico. Esta serie de esqueletos son parte de la gran colección osteológica que resguarda el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en las instalaciones del Museo Nacional de Antropología (MNA).

En entrevista, el antropólogo Concepción Jiménez mencionó que esta serie de esqueletos es de gran importancia por su antigüedad, la cual va de los 12 mil 700 a los 4 mil años. A partir de los estudios aplicados, se ha podido obtener información que permite definir las actividades desarrolladas por estas personas así como sus costumbres, hábitos alimenticios y estilo de vida, entre otros aspectos.

Esta colección se ha conformado con el paso del tiempo, por los restos óseos localizados, la mayoría de manera fortuita, en diferentes lugares de la cuenca. El primer hallazgo se remonta a 1884 cuando, al realizar excavaciones en la zona que ocupa la colonia Peñón de los Baños, fueron identificados los restos de un hombre que sería llamado el Hombre del Peñón I. Se encontró fragmentado e incrustado en roca con un proceso de mineralización muy avanzado.

Sin embargo, no se ha podido definir su antigüedad debido a la ausencia de colágeno en los huesos —sustancia que permite definir la temporalidad por medio del Carbono 14— por lo que se buscaron otras alternativas como la técnica con uranio, que brinda resultados satisfactorios. Actualmente una muestra de esos restos se encuentra en los laboratorios de la Universidad de Brixton, Inglaterra.

Lo mismo sucede con los restos del Hombre del Peñón II, encontrados en junio de 1957. Este esqueleto de sexo femenino se encuentra fragmentado y con un alto grado de mineralización; se cree que tuvo de 25 a 30 años en vida.

 En 1959 se recuperan los restos más antiguos localizados hasta la fecha. A la Mujer del Peñón III —la habitante más antigua de México—se le atribuye una antigüedad de 12 mil 700 años. A diferencia de los anteriores, este esqueleto contiene un ligero proceso de mineralización, era del sexo femenino y tenía una edad, al momento de morir, de entre 24 y 26 años.

 Posteriormente, el 22 de febrero de 1947, se localizan los restos óseos de otro hombre en Tepexpan, Estado de México. El esqueleto se recuperó casi en su totalidad y aunque presenta un avanzado estado de fosilización, se encuentra conservado. Se le atribuye una antigüedad de 2 mil 200 años y una edad en vida que oscila entre los 30 y 35 años.

 Para 1953, en la colonia Santa María Aztahuacán, fueron hallados los restos de una pareja, un hombre de 25 a 30 años y una mujer de 25 a 35 años de edad. A través del método de Hidratación de obsidiana, se les concedió una antigüedad de 9 mil 400 años y los esqueletos están casi completos; se encuentran en buen estado y presentan un proceso de mineralización avanzado.

 Durante la década de los sesenta se realizaron dos hallazgos de suma importancia: el Hombre de Tlapacoya, en 1968, de 30 a 35 años de edad con una antigüedad de 9 mil años; y el Hombre del Metro Balderas, en 1967, de 35 a 40 años en vida y con 10 mil 500 años de antigüedad.

 Si bien todos los anteriores son los hallazgos más representativos de la colección, existen otros como el Hombre de Chimalhuacán y el Hombre de Texcoco —el más reciente, localizado en marzo de 2000— que completan la serie. Con los estudios realizados se han podido obtener una serie de datos que están relacionados con sus estilos de vida.

Por ejemplo, el estado que presentan los dientes se relaciona con cuestiones de alimentación. Los especialistas consideran que su dieta estaba compuesta por una serie de alimentos duros que provocaban el desgaste dental. Se infiere también que la dentadura fue una de sus principales herramientas al momento de confeccionar sus ropas o fabricar armas o utensilios.

Se ha llegado a la conclusión de que fueron personas que disfrutaban de buena salud. Los restos de estos hombres no presentan evidencias de haber padecido enfermedades que con el tiempo surgieron; sin embargo, la constante en la edad al momento de morir (30-40 años) muestra que su expectativa de vida era corta, en comparación con la actual. Esto se relaciona con algunos padecimientos como calenturas o gripas, que no pudieron contrarrestar en su momento.

Otra de las principales características es que los esqueletos presentan un cráneo alargado, rasgo que permite a los investigadores determinar, a primera vista, que se trata de restos precerámicos. Cabe mencionar que estas dimensiones craneales, desaparecieron con el paso del tiempo.

Umbrales Sagrados

Los restos óseos de la mujer americana más antigua, datados en 11 mil 600 años; y de animales pleistocénicos como el gonfoterio y el gliptodonte, que habitaron hace 20 mil años; numerosas piezas prehispánicas mayas y un par de rifles usados en el siglo XIX durante la Guerra de Castas, son parte de los “tesoros” rescatados en cuevas y cenotes de México.

Por primera vez, el Museo del Templo Mayor (MTM) —dedicado a la difusión de la cultura mexica—, alberga éstos y otros materiales de gran importancia, que suman cerca de 200, recuperados en exploraciones arqueológicas llevadas a cabo en este tipo de espacios naturales distribuidos en los estados de Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Chiapas y Tabasco.

La exposición Umbrales sagrados, portales mágicos. Cuevas y cenotes mayas —que reúne una colección paleontológica, arqueológica e histórica, única—, fue inaugurada la víspera en este recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), donde podrá ser visitada a partir de hoy y hasta el 8 de febrero de 2009.

De acuerdo con el arqueólogo Luis Alberto Martos —curador de la muestra temporal—, si bien la inmersión con fines científicos en estos depósitos, inició a principios del siglo XX con los estudios de Edward Thompson en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá, Yucatán; las exploraciones sistemáticas en los mismos comenzaron en la década de los 90.

“Las cuevas y los cenotes son espacios muy interesantes porque en ellos coexiste lo profano y lo sagrado. Ahí se encuentran vestigios de actividades domésticas y de extracción de materiales constructivos, sin embargo, para los mayas fueron un acceso que conectaba con lo sobrenatural, eran vistos como portales hacia los planos cósmicos”, explicó en conferencia de prensa el también Director de Estudios Arqueológicos del INAH.

Pero miles de años atrás, cuando la Península de Yucatán era una pradera, por ella pasaron animales de grandes dimensiones, caso del gonfoterio y el gliptodonte. Los restos óseos de algunos de éstos, así como réplicas de tamaño original prestadas por el Museo del Desierto en Coahuila, pueden admirarse en Umbrales sagrados, portales mágicos.

El cráneo de la Mujer de Najaron, hallado en ese lugar de Quintana Roo —como se dijo, el más antiguo de América con 11 mil 600 años—, es una de las piezas prehistóricas que destacan en la exhibición. A su vez, se encuentra el cráneo de la Mujer de Palmas, con una antigüedad de 10 mil años, y el cual revela huellas de sacrificio.

Entre la colección se encuentran diversos objetos cerámicos mayas como vasijas, ollas globulares, incensarios antropomorfos y portaincensarios, braseros, urnas, sahumadores y cántaros, entre otros; además de orejeras, vasos en alabastro, metates en piedra; cuentas, pendientes y sartales en piedra verde; orejeras y cascabeles en cobre; y una máscara miniatura con incrustaciones de piedra y concha.

Varios de estos enseres rituales y ornamentos prehispánicos, que van del 150 a.C a la Conquista, fueron recuperados mediante exploraciones en diversas cuevas de Xcaret (Quintana Roo), en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá y las grutas de Balamkanché y de Chaac (Yucatán), así como en las cuevas de la Sierra Tapijulapa (Tacotalpa, Tabasco), por citar algunos.

Las instituciones prestatarias —la mayoría adscritas al INAH— son los museos regionales “Carlos Pellicer Cámara” de Tabasco, “Palacio Cantón” de Yucatán y de Chiapas, los Centros INAH de estas dos últimas entidades, el Instituto de Cultura de Tabasco; el museo del Ex - convento de San Bernardino de Siena, Valladolid, Yucatán; la Subdirección de Arqueología Subacuática y la Dirección de Estudios Arqueológicos.

Durante la Guerra de Castas, en el siglo XIX, las cuevas sirvieron de refugio a los mayas rebeldes, quienes depositaban ahí su arsenal. Esto se comprobó con el hallazgo de 129 rifles y otro tipo de armamento en un cenote aledaño al Ex - convento de San Bernardino de Siena, en Valladolid, Yucatán. Dos de ellos también se exponen en Umbrales sagrados, portales mágicos.

El visitante de la exposición comprenderá finalmente el arduo trabajo que implica la exploración arqueológica en estos pasajes prácticamente ignotos. Se requiere de una preparación especial por parte del investigador, así como del uso de técnicas de espeleología y espeleobuceo, y métodos particulares de registro.

TULUM es la única entrada y salida a la península de Yucatán, espléndido hogar de la mujer de NAHARON, que vivió hace 13,600 años, durante la fría temporada de la última glaciación

sábado, 17 de abril de 2010

VASOS PARLANTES: CERAMICA GENIAL MAYA




El primer punto que vale la pena considerar en cuanto a este tema, es el número de Vasos Mayas encontrados en el área Maya; en entierros, ofrendas y de los que no se conoce su origen, debido a que fueron sustraídos de su entorno y contexto histórico. Una primera cifra del número de Vasos Mayas, muy cauta es de unas 70 mil piezas catalogadas, y que se conoce todo acerca de ellas, al igual que están a buen resguardo; en instituciones, bodegas, colecciones privadas o que están a la vista pública de algunos museos.

Este numero de Vasos Mayas, si es comparado con el numero de códices que fueron quemados, en medio de un arranque desequilibrado de celo religioso por Diego De Landa, eran aproximadamente, 1,500,000 Documentos o Códices, en la misma hoguera se quemaron también otro numero importante de esculturas y cerámica también.



En sus propias palabras él dice: “Hayámosle gran numero de libros (¡!) de estas sus letras y por que no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedad del demonio, se los quemamos todos, lo cual sintieron a maravilla y les dio mucha pena”. Diego  De Landa: Relación de las Cosas de Yucatán, 1, 566.

El segundo punto a considerar es; la narración, los relatos en Vasos Mayas y el desarrollo del Idioma Maya en dicha cerámica, considerando la inmensa perdida que tuvimos, por la quema de los códices Mayas, nos han quedado una Gran Biblioteca en Imágenes, algunas de ellas, de hecho están elaboradas en un estilo códice, teniendo una dirección o directriz: objeto-mensaje-propósito.

El tercer punto a considerar es; en que lugar y a que fecha aproximada corresponde cada Vaso Maya y cerámica en general. Que es entre 250 d.C. a 850 d.C.

El cuarto punto es; la técnica, el método, la forma y los colores utilizados, en la fabricación de los Vasos Mayas.



Antes de continuar vale la pena hacernos unas preguntas:

  • ¿Cuál era entonces el destinatario del mensaje?
  • ¿Qué virtudes poseían las imágenes por si mismas?
  • ¿Qué valor concedieron los Mayas a la calidad de los diseños y de la ejecución?

Consideremos un hecho muy importante a conocer antes de continuar, y es el siguiente: ¿Los Mayas de adónde eran originarios? Y después: ¿Ellos conocieron los restos arqueológicos y antropológicos dejados en cuevas y cenotes por la primera oleada de población en la actual península de Yucatán y el Petén Guatemalteco? ¿Habrán recolectado las pinturas rupestres que son tan abundantes en esa zona? Se preguntarían los Mayas; ¿Quiénes fueron ellos, sus antecesores?

En esta misma tónica de plantearnos en que terreno nos movemos, es importante saber todo acerca de: la llegada de los Mayas a la península de Yucatán, que es algo aun no terminado de estudiar, y existe  para ello,  muchas tesis por ser comprobadas.

Al igual que vale la pena seguir estudiando la Navegación Maya y cuanto de este conocimiento, les permitió abrir nuevas rutas de exploración y comercio.

En el cuarto viaje, Colón se acerco a las Islas Guanajas, y ahí se encontró con una barca tripulada por Indios Mayas; quienes informaron de tierras ¡Muy pobladas! Al occidente, en referencia, sin duda, a la península de Yucatán. Aunque Colón no se intereso por dicha tierra, el grumete de abordo, Antón de Alaminos, tomo nota del hecho, para aprovecharlo mas tarde”.

En 1517, el gobernador de Cuba, Diego De Velazquez, organizo una expedición al mando de Francisco Hernández  De Córdoba, cuyo fin inicialmente era la búsqueda de Indios en otras “Islas”, para capturarlos y llevarlos a Cuba a trabajar como esclavos. Pero Hernández De Córdoba empezó a explorar hacia occidente, guiado por Antón De Alaminos, quien iba como su piloto.

La expedición llego a Isla Mujeres y avisto la costa de Yucatán, desembarcando en lo que llamaron Cabo Catoche. Ahí sufrieron un ataque de los Indios Mayas, y siguieron hasta Campeche. La agresividad de los indígenas los llevo a abandonar el lugar y llegaron a Champotón.

En Champotón fueron derrotados por los Indios Mayas, empleando tácticas militares europeas, y se pudo observar que sabían como neutralizar a la caballería española. Debido al primer Indio Maya- español; Gonzalo De Guerrero, con el cual se decidió el combate.

La expedición se retiro y volvió a Cuba, donde Hernández De Córdoba falleció a consecuencia de sus heridas, enviando antes una relación de su viaje a Fray Bartolomé de las Casas.



Esta pequeña información nos da un contexto del encuentro de la Cultura Maya y los invasores y colonizadores españoles.

Pero el propósito fundamental es conocer; de adónde llegaron los Mayas y por cuál ruta se introdujeron a la Península de Yucatán.  Y si investigaron los vestigios arqueológicos, pinturas rupestres y antropológicas de los primeros habitantes de Yucatán.

Por múltiples vestigios en murales, vasos y códices y otras fuentes como la lingüística, al igual que el profundo conocimiento de las estrellas, los cuatro rumbos cardinales, diríamos que los Mayas fueron excelentes navegantes.



Al llegar y explorar los Mayas la Península de Yucatán, identificaron la única fuente de agua potable que se encuentra en cuevas y cenotes, debido al suelo calcario. Ahí deben haber visto que la entrada de algunas cuevas y cenotes de Yucatán, se encontraban pinturas rupestres, de antiguos pobladores y la MANO en las cuevas Mayas es el primer y mayor icono que se pueda encontrar. Dicha MANO es la representación simbólica de: “La Otra Realidad”, después conocida como XIBALBA. El conocimiento que en las entrañas del Monstruo de la Tierra, tenia guardada.

Para los Mayas, conocer el origen de esos antiguos habitantes, como vivieron y cuando llegaron ellos también. Les ayudaría a desarrollar su conocimiento acerca de la fauna, alimentos, utensilios, antropología y sabiduría transmitida por las pinturas rupestres, que son muy numerosas y aun no suficientemente estudiadas, y catalogadas en la zona de Yucatán.



Habremos de esperar el resultado de las actuales investigaciones de espeliobuceo en Yucatán que nos ayudarán a tener una mayor conciencia del conocimiento de los Mayas en ese submundo ó XIBALBA,  que se abría ante ellos, en las cuevas y cenotes. ¿Hasta dónde lograron explorar los Mayas, buceando sin trajes ni tanques de oxigeno? ¿Se abre otro inmenso catalogo de conocimientos en los miles de cenotes y cuevas aun no descubiertos y estudiados?

Los Vasos Mayas son para nosotros una fuente de información muy diversa que por no contar con otros medios al momento, vale la pena considerarlos, valorarlos y jerarquizar el conocimiento, información, arte y sabiduría vertido en la pintura de los Vasos Mayas.

sábado, 10 de abril de 2010