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viernes, 25 de junio de 2010

LA CERAMICA MAYA: “VOX POPULI”, La Palabra Hablada y Escrita del Pueblo MAYA





La gran civilización mesoamericana de los mayas floreció en lo que actualmente es el territorio de Guatemala y las zonas vecinas de México, Belice, Honduras y El Salvador.  La ocupación más temprana en el área se remonta a, por lo menos, unos 13,000 años; la agricultura y la vida en aldeas en esta región se originaron alrededor del año 3,000 a.C.  Los MAYAS alcanzaron su máximo esplendor durante el periodo clásico (250-900 d.C.) con la construcción de ciudades y pirámides donde sepultaban a sus gobernantes y los veneraban, después de muertos, junto a sus dioses.

 Los MAYAS compartieron con otras culturas mesoamericanas rasgos culturales, incluyendo la creencia en varios dioses, en la vida después de la muerte y en la realidad de las transformaciones entre el mundo humano y el mundo espiritual.  Así mismo, desarrollaron un sistema único de escritura jeroglífica, perfeccionaron un complicado calendario y lograron comprender el movimiento de los planetas.  El sacrificio humano y el desangramiento eran parte integral de la escenificación de sus ritos que formaban parte del intercambio de fluidos sagrados: los seres humanos daban su sangre para el sostenimiento de sus dioses y éstos les retribuían enviando el agua necesaria para la vida.

Los MAYAS inscribieron su historia y su religión en libros y en vasijas de cerámica.  Desafortunadamente, la mayoría de estos textos fueron quemados por los españoles, quienes creían que los mismos contenían "mentira del demonio."  Sin embargo, existen todavía miles de vasijas de cerámica que han sido recuperadas en entierros.

En décadas recientes los investigadores han aprendido a leer varias de las bellas y misteriosas imágenes y los jeroglíficos pintados en la cerámica Maya.  Los epigrafistas (quienes estudia las inscripciones antiguas), los historiadores del arte y los arqueólogos gradualmente han ido revelando los secretos de un de los sistemas de escritura en realidad más complejos del mundo.


viernes, 18 de junio de 2010

HISTORIA DE BAJA CALIFORNIA SUR / PERICUES, EDUES, NAVEGANTE CALIFORNIO




Cráneo   Pericue
Antiguo habitante de Baja California Sur
 
Hablemos un poco de nuestros antepasados estos hombres y mujeres que desafiaron el desierto y lograron tener sociedades muy bien organizadas, tales como nuestros antepasados los Indios Pericues. Que por cierto sabias que en verdad no se llamaban así. Pues te cuento que a la llegada de los españoles a la bahía de la Santa Cruz (La Paz) el día 3 de mayo de 1535, los españoles se toparan con unos Indios muy distintos a los encontrados en el resto de La Nueva España y que tenían un lenguaje muy variado y un habla muy rápida a lo que un marinero expreso “estos indios hablan como PERICO “dé ahí la palabra Pericu. Su nombre original era Edúes.

El territorio de los Pericues o Edúes abarcaba desde Cabo San Lucas hasta La Paz, según nos cuentan ellos llegaron del norte ya que fueron vencidos sus antepasados teniendo que huir hacia el sur. Aunque la verdad existen varias versiones de la llegada de los indios. Hay versiones que cuentan que llegaron en barcas desde la polinesia y norte de Australia navegando por la costa vía Japón aprovechando el nivel del mar que era mucho más bajo en aquellos tiempos , esto rompe totalmente con la teoría de que pasaron por el estrecho de Bering que nos enseñaron en la escuela . Esto se basa en los análisis de ADN realizados a cráneos de pericues que tienen la peculiaridad de ser cráneos largos y estrechos como los de aborígenes Australoides en lugar de anchos y redondos como en el resto de América.

Existe un mural de pinturas rupestres en nuestro estado el cual muestra una serpiente, con cabeza de venado y cola ahorquillada que repta entre figuras humanas, lo insólito es que en la costa norte de Australia en la tierra de Arnhem se encuentra una figura similar esto según el escritor Enrique Hamblenton.

A más de 200 años de la extinción de los indios pericues nuestros antepasados aún nos siguen sorprendiendo.


 Detalle de El Batequi, sierra de San Francisco


sábado, 12 de junio de 2010

LABORATORIO EN DONDE SE RECONSTRUYE LA CERAMICA MAYA



 40 piezas cerámicas de los mayas son restauradas aquí.

Palenque, Chiapas. Unas 40 piezas cerámicas de la cultura maya están siendo restauradas en la zona arqueológica de Palenque por estudiantes de la Escuela Nacional de Restauración y Conservación del INAH, como parte de la práctica de campo de la licenciatura en restauración. Son piezas provenientes de la zona de Los Altos de Chiapas, también de algunos puntos de Tabasco, y otras de Palenque. La pieza más importante a ser restaurada es un incensario de Palenque.

 Las profesoras trabajan a la par de sus estudiantes.

Los alumnos del 2º semestre de la Escuela “Manuel del Castillo Negrete”, dedicada a formar profesionales en la conservación y restauración de bienes culturales, dependiente del INAH, llevan ya casi dos meses trabajando en el taller de cerámica de la zona arqueológica de Palenque y muchas de las piezas a restaurar ya han sido concluidas, señaló Jimena Palacios, una de las maestras que dirigen esta práctica de campo.

Cada pieza se analiza y se restaura individualmente.

“Los estudiantes realizan toda una metodología de intervención específica para cada pieza, ninguna pieza se trata a manera de recetario. Todas las piezas tienen un problema y todas se analizan científicamente y se restauran bajo todos los fundamentos éticos de la disciplina de la conservación”, explicó la profesora. “Los procesos de restauración se dividen, dependiendo de lo que se requiere; hay las que necesitan ser limpiadas, otras deben ser retocadas, otras necesitan ser unidas, pues generalmente las piezas arqueológicas están fragmentadas y se estudian los fragmentos para volver a conformar la pieza”, detalló.

 Los fragmentos cerámicos son seleccionados y catalogados.

Al concluir el taller, las piezas restauradas retornarán a sus lugares de origen. “El incensario palencano, la pieza más importante a restaurar permanecerá en Palenque, otras vienen del Centro INAH Chiapas y tendrán que regresar a Tuxtla Gutiérrez, y hay piezas de Tabasco que regresaran a diferentes sitios”, señaló la profesora quien reconoció el apoyo del Centro INAH Chiapas y del administrado de la zona arqueológica de Palenque, Juan Antonio Ferrer.

 Un incensario palencano, la pieza más importante a restaurar.

“La escuela de restauración lleva mucho tiempo trabajando en Palenque. Estamos trabajando cerámica, pero también se ha trabajado pintura mural, estucos, excavaciones arqueológicas. Es un lugar en el que generalmente traemos a los alumnos para aplicar cosas que no pueden aplicar en un taller convencional o en el laboratorio, si nos siguen dando la oportunidad, seguiremos viniendo a colaborar con la zona arqueológica”, aseguró la especialista. Junto con ella se encuentran, la coordinadora Quetzalli Paledo, y la profesora Liliana Olvera Flores.

 Cada pieza lleva días de infinita paciencia y dedicación.

viernes, 4 de junio de 2010

LA FINA CERAMICA MAYA




La pintura MAYA 

Las expresiones pictóricas de los mayas se encuentran entre los mejores ejemplos de su género en la época prehispánica. Lo son no sólo por sus innegables cualidades estéticas y por el uso de técnicas de probada eficacia, sino por ser una vía de estudio de numerosos aspectos de la cultura maya. Gran parte de la evidencia de que se dispone se encuentra en tres soportes: la pintura mural, los códices y las vasijas pintadas de cerámica. En ellos se encuentran elocuentes escenas, con frecuencia acompañadas de textos jeroglíficos, que nos informan –en no pocas ocasiones con gran detalle sobre la compleja visión del mundo de los mayas, sus ritos y el calendario, entre otros asuntos.


Pintura mural

Las pinturas murales más famosas del área maya son sin duda –por su extraordinario estado de conservación las de Bonampak, Chiapas, pero están lejos de ser las únicas. De hecho las ciudades mayas que ahora muestran una apariencia en la que predominan el tono de la piedra desnuda, debieron estar en su momento totalmente pintadas, tanto en los exteriores como en los interiores, en los que se pintaron complejos y largos murales como lo muestran los de la propia Bonampak y los recientemente descubiertos en Calakmul, Campeche, por dar algunos ejemplos. A pesar de que son, por su naturaleza misma, un elemento que se deteriora con facilidad, se han conservado ejemplos de prácticamente todas las épocas en las diversas regiones. En esas pinturas se plasmaron una variedad de temas que da cuenta de la complejidad de la Cultura MAYA.


Cerámica

Los artistas del Clásico MAYA supieron, con una extraordinaria sensibilidad, unir las representaciones pictóricas y la escritura jeroglífica para crear complejas composiciones en cerámica en las que es evidente su dominio de la cosmogonía y la historia de su pueblo; esas obras se sitúan, por pleno derecho, entre las mejores del mundo.

La sofisticación técnica de la cerámica pintada del Clásico maya no tiene paralelo en ninguna otra cultura del mundo. Los ceramistas mayas modelaban a mano las vasijas, añadiendo pequeños rodillos de barro a una base con forma de tortilla hasta obtener piezas simétricas de paredes muy delgadas. Aunque es cierto que en muchas culturas se ha utilizado este tipo de pintura, ninguna supera a la maya en el gran pulimento de las superficies, la amplia gama de colores y su exquisito terminado.
           

Códices

Destinados a guiar a los sacerdotes y con ellos a pueblos enteros a lo largo del tiempo, los únicos tres códices mayas prehispánicos mejor conservados –París, Madrid y Dresde, llamados así en alusión a la ciudad que ahora los alberga son un espléndido testimonio de la más larga tradición de “escribir-pintando” entre las culturas mesoamericanas. El conjunto de manuscritos jeroglíficos prehispánicos que hoy se conocen como Códices MAYAS está formado por menos de una decena de ejemplares, número sorprendentemente bajo si se toma en cuenta que de esa región mesoamericana es de donde procede la tradición más larga de escritura indígena, y que ahí se usaron los códices durante más de mil años.