El personaje principal esta frente a un Espejo de Obsidiana, y otro personaje está tomado espumante chocolate.
Autores: Miguel Rivera Dorado
Localización: Revista española de antropología americana, ISSN 0556-6533, Nº 29, 1999, Págs. 65-100.
Resumen:
Hay muchas cuestiones en el trabajo de campo de la iconología MAYA fuera de nuestro alcance, porque sencillamente es imposible pensar hoy, en el mundo occidental, tal como lo hacía un escriba maya del siglo VIII. Sin embargo, creo que durante muchos años ha existido un camino del que los arqueólogos no han hecho un uso ni bueno ni suficiente: elaborar hipótesis sobre la base de información comparativa, histórica, etnográfica, antigua o moderna, originada en cualquier lugar que se busque. Aquí he aplicado el resultado de este procedimiento a un ejemplo iconológico específico y significativo, el espejo. Estoy convencido de que el espejo pintado en cerámicas mayas es mucho más que un utensilio cosmético y creo que podemos interpretar este objeto como un elemento mágico.
There are many issues in the field of Maya Iconology beyond one's reach, because it's simply impossible to think today in the West World such as a Maya scribe of the VIII century. However, I believe that a way has been in existence for many years without the archaeologist making good and sufficient use of it: to elaborate the hypothesis on the base of comparative information, historical, ethnographical, ancient or modern, originating in whatever place you look for. Here, I apply the results of this procedure to an specific and significant iconological specimen, the mirror. My conviction is that the mirror in Maya painting ceramics is much more than a cosmetic artefact, and I think we must interpret this element as a magical device.
La trayectoria histórica de la Civilización Maya prehispánica se ha dividido en tres grandes períodos:
El preclásico
En el que se estructuran los rasgos que caracterizarán a la cultura maya; la agricultura se convierte en el fundamento económico, surgen las primeras aldeas y centros ceremoniales, y se inician diversas actividades culturales en torno a la religión.
El clásico
Que empieza alrededor del siglo III, constituye una época de florecimiento en todos los órdenes: se da un gran desarrollo en la agricultura, aumento en la tecnología, una intensificación del comercio, y se consolida la jerarquización política, social, sacerdotal y militar. Así mismo se construye grandes centros ceremoniales y ciudades, donde florecen las ciencias, las artes y la historiografía. Hacia el siglo IX, se presenta un colapso cultural, cuya causa pudo haber sido una crisis económica y, consecuentemente, socio-política. Cesan las actividades políticas y culturales en las grandes ciudades clásicas en el área central, muchas de las cuales son abandonadas, y se inicia el período denominado postclásico.
El postclásico
Iniciado alrededor del siglo X, termina con la conquista española en el siglo XVI. Ella puso fin al proceso cultural mesoamericano, y los Mayas quedaron sometidos y marginados en sus propios territorios.
El período preclásico fue una época de crecimiento demográfico paulatino, y de progresiva elaboración de instituciones sociales y políticas para todas las sociedades mesoamericanas. Se observó el surgimiento de sociedades estratificadas a partir del preclásico temprano, en regiones tales como la costa del Pacífico de Guatemala, así como el desarrollo de cacicazgos durante el preclásico medio. Por el contrario, la evidencia disponible para las tierras bajas es menor, y apunta hacia un patrón de desarrollo relativamente tardío en relación con regiones vecinas.
La evidencia disponible indica que las tierras bajas se poblaron más lentamente que muchas otras regiones mesoamericanas. Sin embargo, a partir del preclásico medio se observa un crecimiento rápido de la complejidad social y política. Los hallazgos recientes en el sitio de Nakbé sugieren el surgimiento de cacicazgos a partir del preclásico medio, los cuales contaron con la capacidad de organización y la disponibilidad de mano de obra necesaria para la realización de proyectos de construcción de gran escala.
En resumen, los procesos que llevaron al desarrollo de las sociedades complejas en las tierras bajas Mayas no están claros. Tal tema plantea problemas significativos, considerando las condiciones ambientales de la región. Del mismo modo, no hay explicaciones definitivas para el desarrollo de alguno de los centros más importantes de esa región, tales como el Mirador e incluso Tikal, en localizaciones aparentemente aisladas y pobres en recursos naturales, en especial el agua. Sin embargo, es evidente que los habitantes preclásicos de las tierras bajas de Petén supieron aprovechar al máximo las condiciones ecológicas del territorio que habitaban, los cuales implican tecnologías agrícolas suficientes para el sostenimiento de poblaciones crecientes. La búsqueda de explicaciones para estos procesos plantea un reto significativo para la investigación arqueológica.
La gran civilización mesoamericana de los mayas floreció en lo que actualmente es el territorio de Guatemala y las zonas vecinas de México, Belice, Honduras y El Salvador. La ocupación más temprana en el área se remonta a, por lo menos, unos 13,000 años; la agricultura y la vida en aldeas en esta región se originaron alrededor del año 3,000 a.C. Los MAYAS alcanzaron su máximo esplendor durante el periodo clásico (250-900 d.C.) con la construcción de ciudades y pirámides donde sepultaban a sus gobernantes y los veneraban, después de muertos, junto a sus dioses.
Los MAYAS compartieron con otras culturas mesoamericanas rasgos culturales, incluyendo la creencia en varios dioses, en la vida después de la muerte y en la realidad de las transformaciones entre el mundo humano y el mundo espiritual. Así mismo, desarrollaron un sistema único de escritura jeroglífica, perfeccionaron un complicado calendario y lograron comprender el movimiento de los planetas. El sacrificio humano y el desangramiento eran parte integral de la escenificación de sus ritos que formaban parte del intercambio de fluidos sagrados: los seres humanos daban su sangre para el sostenimiento de sus dioses y éstos les retribuían enviando el agua necesaria para la vida.
Los MAYAS inscribieron su historia y su religión en libros y en vasijas de cerámica. Desafortunadamente, la mayoría de estos textos fueron quemados por los españoles, quienes creían que los mismos contenían "mentira del demonio." Sin embargo, existen todavía miles de vasijas de cerámica que han sido recuperadas en entierros.
En décadas recientes los investigadores han aprendido a leer varias de las bellas y misteriosas imágenes y los jeroglíficos pintados en la cerámica Maya. Los epigrafistas (quienes estudia las inscripciones antiguas), los historiadores del arte y los arqueólogos gradualmente han ido revelando los secretos de un de los sistemas de escritura en realidad más complejos del mundo.
Hablemos un poco de nuestros antepasados estos hombres y mujeres que desafiaron el desierto y lograron tener sociedades muy bien organizadas, tales como nuestros antepasados los Indios Pericues. Que por cierto sabias que en verdad no se llamaban así. Pues te cuento que a la llegada de los españoles a la bahía de la Santa Cruz (La Paz) el día 3 de mayo de 1535, los españoles se toparan con unos Indios muy distintos a los encontrados en el resto de La Nueva España y que tenían un lenguaje muy variado y un habla muy rápida a lo que un marinero expreso “estos indios hablan como PERICO “dé ahí la palabra Pericu. Su nombre original era Edúes.
El territorio de los Pericues o Edúes abarcaba desde Cabo San Lucas hasta La Paz, según nos cuentan ellos llegaron del norte ya que fueron vencidos sus antepasados teniendo que huir hacia el sur. Aunque la verdad existen varias versiones de la llegada de los indios. Hay versiones que cuentan que llegaron en barcas desde la polinesia y norte de Australia navegando por la costa vía Japón aprovechando el nivel del mar que era mucho más bajo en aquellos tiempos , esto rompe totalmente con la teoría de que pasaron por el estrecho de Bering que nos enseñaron en la escuela . Esto se basa en los análisis de ADN realizados a cráneos de pericues que tienen la peculiaridad de ser cráneos largos y estrechos como los de aborígenes Australoides en lugar de anchos y redondos como en el resto de América.
Existe un mural de pinturas rupestres en nuestro estado el cual muestra una serpiente, con cabeza de venado y cola ahorquillada que repta entre figuras humanas, lo insólito es que en la costa norte de Australia en la tierra de Arnhem se encuentra una figura similar esto según el escritor Enrique Hamblenton.
A más de 200 años de la extinción de los indios pericues nuestros antepasados aún nos siguen sorprendiendo.
40 piezas cerámicas de los mayas son restauradas aquí.
Palenque, Chiapas. Unas 40 piezas cerámicas de la cultura maya están siendo restauradas en la zona arqueológica de Palenque por estudiantes de la Escuela Nacional de Restauración y Conservación del INAH, como parte de la práctica de campo de la licenciatura en restauración. Son piezas provenientes de la zona de Los Altos de Chiapas, también de algunos puntos de Tabasco, y otras de Palenque. La pieza más importante a ser restaurada es un incensario de Palenque.
Las profesoras trabajan a la par de sus estudiantes.
Los alumnos del 2º semestre de la Escuela “Manuel del Castillo Negrete”, dedicada a formar profesionales en la conservación y restauración de bienes culturales, dependiente del INAH, llevan ya casi dos meses trabajando en el taller de cerámica de la zona arqueológica de Palenque y muchas de las piezas a restaurar ya han sido concluidas, señaló Jimena Palacios, una de las maestras que dirigen esta práctica de campo.
Cada pieza se analiza y se restaura individualmente.
“Los estudiantes realizan toda una metodología de intervención específica para cada pieza, ninguna pieza se trata a manera de recetario. Todas las piezas tienen un problema y todas se analizan científicamente y se restauran bajo todos los fundamentos éticos de la disciplina de la conservación”, explicó la profesora. “Los procesos de restauración se dividen, dependiendo de lo que se requiere; hay las que necesitan ser limpiadas, otras deben ser retocadas, otras necesitan ser unidas, pues generalmente las piezas arqueológicas están fragmentadas y se estudian los fragmentos para volver a conformar la pieza”, detalló.
Los fragmentos cerámicos son seleccionados y catalogados.
Al concluir el taller, las piezas restauradas retornarán a sus lugares de origen. “El incensario palencano, la pieza más importante a restaurar permanecerá en Palenque, otras vienen del Centro INAH Chiapas y tendrán que regresar a Tuxtla Gutiérrez, y hay piezas de Tabasco que regresaran a diferentes sitios”, señaló la profesora quien reconoció el apoyo del Centro INAH Chiapas y del administrado de la zona arqueológica de Palenque, Juan Antonio Ferrer.
Un incensario palencano, la pieza más importante a restaurar.
“La escuela de restauración lleva mucho tiempo trabajando en Palenque. Estamos trabajando cerámica, pero también se ha trabajado pintura mural, estucos, excavaciones arqueológicas. Es un lugar en el que generalmente traemos a los alumnos para aplicar cosas que no pueden aplicar en un taller convencional o en el laboratorio, si nos siguen dando la oportunidad, seguiremos viniendo a colaborar con la zona arqueológica”, aseguró la especialista. Junto con ella se encuentran, la coordinadora Quetzalli Paledo, y la profesora Liliana Olvera Flores.
Cada pieza lleva días de infinita paciencia y dedicación.
Las expresiones pictóricas de los mayas se encuentran entre los mejores ejemplos de su género en la época prehispánica. Lo son no sólo por sus innegables cualidades estéticas y por el uso de técnicas de probada eficacia, sino por ser una vía de estudio de numerosos aspectos de la cultura maya. Gran parte de la evidencia de que se dispone se encuentra en tres soportes: la pintura mural, los códices y las vasijas pintadas de cerámica. En ellos se encuentran elocuentes escenas, con frecuencia acompañadas de textos jeroglíficos, que nos informan –en no pocas ocasiones con gran detalle sobre la compleja visión del mundo de los mayas, sus ritos y el calendario, entre otros asuntos.
Pintura mural
Las pinturas murales más famosas del área maya son sin duda –por su extraordinario estado de conservación las de Bonampak, Chiapas, pero están lejos de ser las únicas. De hecho las ciudades mayas que ahora muestran una apariencia en la que predominan el tono de la piedra desnuda, debieron estar en su momento totalmente pintadas, tanto en los exteriores como en los interiores, en los que se pintaron complejos y largos murales como lo muestran los de la propia Bonampak y los recientemente descubiertos en Calakmul, Campeche, por dar algunos ejemplos. A pesar de que son, por su naturaleza misma, un elemento que se deteriora con facilidad, se han conservado ejemplos de prácticamente todas las épocas en las diversas regiones. En esas pinturas se plasmaron una variedad de temas que da cuenta de la complejidad de la Cultura MAYA.
Cerámica
Los artistas del Clásico MAYA supieron, con una extraordinaria sensibilidad, unir las representaciones pictóricas y la escritura jeroglífica para crear complejas composiciones en cerámica en las que es evidente su dominio de la cosmogonía y la historia de su pueblo; esas obras se sitúan, por pleno derecho, entre las mejores del mundo.
La sofisticación técnica de la cerámica pintada del Clásico maya no tiene paralelo en ninguna otra cultura del mundo. Los ceramistas mayas modelaban a mano las vasijas, añadiendo pequeños rodillos de barro a una base con forma de tortilla hasta obtener piezas simétricas de paredes muy delgadas. Aunque es cierto que en muchas culturas se ha utilizado este tipo de pintura, ninguna supera a la maya en el gran pulimento de las superficies, la amplia gama de colores y su exquisito terminado.
Códices
Destinados a guiar a los sacerdotes y con ellos a pueblos enteros a lo largo del tiempo, los únicos tres códices mayas prehispánicos mejor conservados –París, Madrid y Dresde, llamados así en alusión a la ciudad que ahora los alberga son un espléndido testimonio de la más larga tradición de “escribir-pintando” entre las culturas mesoamericanas. El conjunto de manuscritos jeroglíficos prehispánicos que hoy se conocen como Códices MAYAS está formado por menos de una decena de ejemplares, número sorprendentemente bajo si se toma en cuenta que de esa región mesoamericana es de donde procede la tradición más larga de escritura indígena, y que ahí se usaron los códices durante más de mil años.
La Cultura-MAYA se extendió por la península de Yucatán y el estado de Chiapas en México, por todo Guatemala y Belice, y por el oeste de Honduras.
La cerámica fina policroma maya proviene de yacimientos del Período Clásico (250 a 850 d.C.), de sepulturas de personajes de alto rango.
Presenta una gran variedad de formas y estilos. Los más frecuentes son vasos cilíndricos y grandes platos que pueden tener patas y tapaderas. Los vasos cilíndricos suelen medir entre 12 y 30 cm de alto y los platos entre 20 y 30 cm de diámetro.
La decoración pintada puede ir sobre una capa de estuco blanco o crema, o bien sobre un color anaranjado. El dibujo se suele hacer con una línea negra o incisa. Se usan sobretodo el rojo y el naranja que pueden variar en intensidad formando varios tonos, el blanco o crema, el negro, y a veces tonos rosas y azules.
Los vasos más antiguos presentan el uso del rojo y negro sobre naranja, con algunas veces una decoración modelada y saliente.
Las vasijas más conocidas y codiciadas son aquellas con figuras humanas en escenas e inscripciones. Los temas más frecuentes se refieren a ceremonias religiosas y políticas. Suele ser característica la presencia de un personaje principal de alto rango ricamente ataviado, que está de pie o sentado con las piernas cruzadas sobre un trono o una banqueta ceremonial. Le acompañan otros personajes secundarios, como guerreros, sirvientes o prisioneros que suelen estar de pie.
Es habitual que entre los personajes se intercalen inscripciones jeroglíficas explicando la escena. Hay un grupo de vasos denominados "de estilo códice" con detalladas inscripciones en negro sobre crema, similares a las que aparecen en los códices y las estelas.
Urgencia de la situación
Los vasos son una de las mayores y mejores fuentes de la historia y la Cultura-MAYA. Son esenciales para el entendimiento del mundo mitológico maya, de su ideología y de su sistema de creencias. Narran también los hechos en los que participaron los personajes, por lo que pueden ser también fuentes de historia.
Una sola vasija puede darnos una notable información sobre la vida y la función del personaje difunto en cuya tumba se encontró. Si se saca fuera de este contexto funerario y se desconoce el lugar exacto de procedencia, se pierde la mayor parte de esta información.
Alrededor de 1970 se ha desarrollado un mercado en torno a este tipo de cerámica con numerosos saqueos y tráfico ilícito. Esto ha tenido repercusiones catastróficas en los sitios arqueológicos, ya que los saqueadores, en su búsqueda de sepulturas, han excavado túneles en los edificios, destruyendo monumentos y tumbas y arruinando para siempre la posibilidad de reconstruir la historia.
Museo Nacional encuentra escultura en buen estado bajo 1,5 m. de tierra. Indígenas la usaron como SÍMBOLO DE PODER a la entrada de un palenque.
Osa, Puntarenas. Durante la parte final de las excavaciones de los restos de un palenque indígena en Finca 6 de Palmar Sur, un equipo del Museo Nacional desenterró una gran sorpresa: una ESFERA DE PIEDRA de 1,10 m. en el sitio exacto donde la pusieron nuestros antepasados indígenas hace unos 1.000 años.
El arqueólogo Adrián Badilla y su equipo hallaron esta Escultura Precolombina, confeccionada en una piedra llamada granodiorita, a 1,5 m. bajo tierra.
Sin duda, el hallazgo emocionó a todo el equipo, ya que la última vez que se había encontrado una ESFERA DE PIEDRA en su lugar original fue en 1994, en Finca 4, ubicada a unos pocos kilómetros del sitio de las excavaciones.
La pieza Precolombina muestra un buen estado de conservación, así como un “defecto de fábrica”: su perfecta curvatura está afectada por un faltante.
“Se evidencia un problema de fabricación en uno de los costados”, detalló Badilla.
Desde setiembre y hasta ayer, este arqueólogo lideró la excavación en Finca 6, en la cual se descubrieron los restos de un segundo palenque Precolombino en el sitio, tal como lo informó La Nación el 30 de setiembre pasado.
SÍMBOLO DE PODER. La Escultura Indígena fue hallada en el mismo sitio donde la colocaron nuestros antepasados indígenas: en la esquina norte de los restos en piedra del palenque Indígena, es decir, flanqueando la entrada de la rampa que conducía hacia el pórtico y el interior de la edificación.
La semana pasada, cuando la cuidadosa eliminación de sedimentos mostró la existencia de esta pieza, todos saltaron de la alegría, entre ellos Rosa Edith Molina, vecina de la zona. “Fue una gran impresión, hubo gritos y emoción”, dijo la mujer, de 33 años.
Sólo Badilla insistía en que allí descubriría la ESFERA DE PIEDRA. No fue un golpe de azar, sino que este arqueólogo interpretó las pruebas que tenía: primero, durante la construcción de un canal en 1993 apareció una ESFERA de 1,10 m. en la esquina sur de los restos de la edificación precolombina, así que pensó que faltaba la del otro lado.
Además, en 1996, él halló dos ESFERAS DE PIEDRA caliza flanqueando la entrada de otra estructura Precolombina durante un rescate arqueológico efectuado en Finca 4.
Basado en estas evidencias, Badilla intuyó que poner ESFERAS del mismo tamaño y materiales a la entrada del palenque podría ser un patrón en aquella zona. Badilla no se equivocó y estaba feliz por su acertada observación.
¿Qué representan estas ESFERAS DE PIEDRA a la entrada de una edificación? “Sin duda, son SÍMBOLOS DE PODER usados por las sociedades jerarquizadas de tipo cacical que poblaron el sitio”, explicó Badilla.
Otra pregunta importante, entonces, es quién habitó el palenque. El arqueólogo afirmó que, aunque es difícil de determinar, se cree que fue un personaje de alto rango político y religioso –un cacique o un chamán– en el grupo Indígena que pobló Finca 6 hace unos 1.000 años.
En tal estructura Precolombina no se encontraron ni huesos ni evidencias de alimentos, pero sí otras dos esculturas: una figura humana en bulto de 40 centímetros, que es típica del delta del Diquís –nombre original del río Térraba–, así como un metate con base anular.
Tras excavar toda la estructura en piedra del palenque, también enterrada bajo 1,5 metros de sedimento, Badilla estableció que se trata de una vivienda con un alto grado de complejidad en el diseño.
La evidencia Precolombina hallada fue tapada ayer con el fin de no generarle problemas al exponerla a las inclemencias del tiempo.