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viernes, 25 de junio de 2010

LA CERAMICA MAYA: “VOX POPULI”, La Palabra Hablada y Escrita del Pueblo MAYA





La gran civilización mesoamericana de los mayas floreció en lo que actualmente es el territorio de Guatemala y las zonas vecinas de México, Belice, Honduras y El Salvador.  La ocupación más temprana en el área se remonta a, por lo menos, unos 13,000 años; la agricultura y la vida en aldeas en esta región se originaron alrededor del año 3,000 a.C.  Los MAYAS alcanzaron su máximo esplendor durante el periodo clásico (250-900 d.C.) con la construcción de ciudades y pirámides donde sepultaban a sus gobernantes y los veneraban, después de muertos, junto a sus dioses.

 Los MAYAS compartieron con otras culturas mesoamericanas rasgos culturales, incluyendo la creencia en varios dioses, en la vida después de la muerte y en la realidad de las transformaciones entre el mundo humano y el mundo espiritual.  Así mismo, desarrollaron un sistema único de escritura jeroglífica, perfeccionaron un complicado calendario y lograron comprender el movimiento de los planetas.  El sacrificio humano y el desangramiento eran parte integral de la escenificación de sus ritos que formaban parte del intercambio de fluidos sagrados: los seres humanos daban su sangre para el sostenimiento de sus dioses y éstos les retribuían enviando el agua necesaria para la vida.

Los MAYAS inscribieron su historia y su religión en libros y en vasijas de cerámica.  Desafortunadamente, la mayoría de estos textos fueron quemados por los españoles, quienes creían que los mismos contenían "mentira del demonio."  Sin embargo, existen todavía miles de vasijas de cerámica que han sido recuperadas en entierros.

En décadas recientes los investigadores han aprendido a leer varias de las bellas y misteriosas imágenes y los jeroglíficos pintados en la cerámica Maya.  Los epigrafistas (quienes estudia las inscripciones antiguas), los historiadores del arte y los arqueólogos gradualmente han ido revelando los secretos de un de los sistemas de escritura en realidad más complejos del mundo.


viernes, 18 de junio de 2010

HISTORIA DE BAJA CALIFORNIA SUR / PERICUES, EDUES, NAVEGANTE CALIFORNIO




Cráneo   Pericue
Antiguo habitante de Baja California Sur
 
Hablemos un poco de nuestros antepasados estos hombres y mujeres que desafiaron el desierto y lograron tener sociedades muy bien organizadas, tales como nuestros antepasados los Indios Pericues. Que por cierto sabias que en verdad no se llamaban así. Pues te cuento que a la llegada de los españoles a la bahía de la Santa Cruz (La Paz) el día 3 de mayo de 1535, los españoles se toparan con unos Indios muy distintos a los encontrados en el resto de La Nueva España y que tenían un lenguaje muy variado y un habla muy rápida a lo que un marinero expreso “estos indios hablan como PERICO “dé ahí la palabra Pericu. Su nombre original era Edúes.

El territorio de los Pericues o Edúes abarcaba desde Cabo San Lucas hasta La Paz, según nos cuentan ellos llegaron del norte ya que fueron vencidos sus antepasados teniendo que huir hacia el sur. Aunque la verdad existen varias versiones de la llegada de los indios. Hay versiones que cuentan que llegaron en barcas desde la polinesia y norte de Australia navegando por la costa vía Japón aprovechando el nivel del mar que era mucho más bajo en aquellos tiempos , esto rompe totalmente con la teoría de que pasaron por el estrecho de Bering que nos enseñaron en la escuela . Esto se basa en los análisis de ADN realizados a cráneos de pericues que tienen la peculiaridad de ser cráneos largos y estrechos como los de aborígenes Australoides en lugar de anchos y redondos como en el resto de América.

Existe un mural de pinturas rupestres en nuestro estado el cual muestra una serpiente, con cabeza de venado y cola ahorquillada que repta entre figuras humanas, lo insólito es que en la costa norte de Australia en la tierra de Arnhem se encuentra una figura similar esto según el escritor Enrique Hamblenton.

A más de 200 años de la extinción de los indios pericues nuestros antepasados aún nos siguen sorprendiendo.


 Detalle de El Batequi, sierra de San Francisco


sábado, 12 de junio de 2010

LABORATORIO EN DONDE SE RECONSTRUYE LA CERAMICA MAYA



 40 piezas cerámicas de los mayas son restauradas aquí.

Palenque, Chiapas. Unas 40 piezas cerámicas de la cultura maya están siendo restauradas en la zona arqueológica de Palenque por estudiantes de la Escuela Nacional de Restauración y Conservación del INAH, como parte de la práctica de campo de la licenciatura en restauración. Son piezas provenientes de la zona de Los Altos de Chiapas, también de algunos puntos de Tabasco, y otras de Palenque. La pieza más importante a ser restaurada es un incensario de Palenque.

 Las profesoras trabajan a la par de sus estudiantes.

Los alumnos del 2º semestre de la Escuela “Manuel del Castillo Negrete”, dedicada a formar profesionales en la conservación y restauración de bienes culturales, dependiente del INAH, llevan ya casi dos meses trabajando en el taller de cerámica de la zona arqueológica de Palenque y muchas de las piezas a restaurar ya han sido concluidas, señaló Jimena Palacios, una de las maestras que dirigen esta práctica de campo.

Cada pieza se analiza y se restaura individualmente.

“Los estudiantes realizan toda una metodología de intervención específica para cada pieza, ninguna pieza se trata a manera de recetario. Todas las piezas tienen un problema y todas se analizan científicamente y se restauran bajo todos los fundamentos éticos de la disciplina de la conservación”, explicó la profesora. “Los procesos de restauración se dividen, dependiendo de lo que se requiere; hay las que necesitan ser limpiadas, otras deben ser retocadas, otras necesitan ser unidas, pues generalmente las piezas arqueológicas están fragmentadas y se estudian los fragmentos para volver a conformar la pieza”, detalló.

 Los fragmentos cerámicos son seleccionados y catalogados.

Al concluir el taller, las piezas restauradas retornarán a sus lugares de origen. “El incensario palencano, la pieza más importante a restaurar permanecerá en Palenque, otras vienen del Centro INAH Chiapas y tendrán que regresar a Tuxtla Gutiérrez, y hay piezas de Tabasco que regresaran a diferentes sitios”, señaló la profesora quien reconoció el apoyo del Centro INAH Chiapas y del administrado de la zona arqueológica de Palenque, Juan Antonio Ferrer.

 Un incensario palencano, la pieza más importante a restaurar.

“La escuela de restauración lleva mucho tiempo trabajando en Palenque. Estamos trabajando cerámica, pero también se ha trabajado pintura mural, estucos, excavaciones arqueológicas. Es un lugar en el que generalmente traemos a los alumnos para aplicar cosas que no pueden aplicar en un taller convencional o en el laboratorio, si nos siguen dando la oportunidad, seguiremos viniendo a colaborar con la zona arqueológica”, aseguró la especialista. Junto con ella se encuentran, la coordinadora Quetzalli Paledo, y la profesora Liliana Olvera Flores.

 Cada pieza lleva días de infinita paciencia y dedicación.

viernes, 4 de junio de 2010

LA FINA CERAMICA MAYA




La pintura MAYA 

Las expresiones pictóricas de los mayas se encuentran entre los mejores ejemplos de su género en la época prehispánica. Lo son no sólo por sus innegables cualidades estéticas y por el uso de técnicas de probada eficacia, sino por ser una vía de estudio de numerosos aspectos de la cultura maya. Gran parte de la evidencia de que se dispone se encuentra en tres soportes: la pintura mural, los códices y las vasijas pintadas de cerámica. En ellos se encuentran elocuentes escenas, con frecuencia acompañadas de textos jeroglíficos, que nos informan –en no pocas ocasiones con gran detalle sobre la compleja visión del mundo de los mayas, sus ritos y el calendario, entre otros asuntos.


Pintura mural

Las pinturas murales más famosas del área maya son sin duda –por su extraordinario estado de conservación las de Bonampak, Chiapas, pero están lejos de ser las únicas. De hecho las ciudades mayas que ahora muestran una apariencia en la que predominan el tono de la piedra desnuda, debieron estar en su momento totalmente pintadas, tanto en los exteriores como en los interiores, en los que se pintaron complejos y largos murales como lo muestran los de la propia Bonampak y los recientemente descubiertos en Calakmul, Campeche, por dar algunos ejemplos. A pesar de que son, por su naturaleza misma, un elemento que se deteriora con facilidad, se han conservado ejemplos de prácticamente todas las épocas en las diversas regiones. En esas pinturas se plasmaron una variedad de temas que da cuenta de la complejidad de la Cultura MAYA.


Cerámica

Los artistas del Clásico MAYA supieron, con una extraordinaria sensibilidad, unir las representaciones pictóricas y la escritura jeroglífica para crear complejas composiciones en cerámica en las que es evidente su dominio de la cosmogonía y la historia de su pueblo; esas obras se sitúan, por pleno derecho, entre las mejores del mundo.

La sofisticación técnica de la cerámica pintada del Clásico maya no tiene paralelo en ninguna otra cultura del mundo. Los ceramistas mayas modelaban a mano las vasijas, añadiendo pequeños rodillos de barro a una base con forma de tortilla hasta obtener piezas simétricas de paredes muy delgadas. Aunque es cierto que en muchas culturas se ha utilizado este tipo de pintura, ninguna supera a la maya en el gran pulimento de las superficies, la amplia gama de colores y su exquisito terminado.
           

Códices

Destinados a guiar a los sacerdotes y con ellos a pueblos enteros a lo largo del tiempo, los únicos tres códices mayas prehispánicos mejor conservados –París, Madrid y Dresde, llamados así en alusión a la ciudad que ahora los alberga son un espléndido testimonio de la más larga tradición de “escribir-pintando” entre las culturas mesoamericanas. El conjunto de manuscritos jeroglíficos prehispánicos que hoy se conocen como Códices MAYAS está formado por menos de una decena de ejemplares, número sorprendentemente bajo si se toma en cuenta que de esa región mesoamericana es de donde procede la tradición más larga de escritura indígena, y que ahí se usaron los códices durante más de mil años.


viernes, 28 de mayo de 2010

viernes, 21 de mayo de 2010

LOS VASOS PARLANTES: COMUNICAN GRAN INFORMACION



 Características           

La Cultura-MAYA se extendió por la península de Yucatán y el estado de Chiapas en México, por todo Guatemala y Belice, y por el oeste de Honduras.

La cerámica fina policroma maya proviene de yacimientos del Período Clásico (250 a 850 d.C.), de sepulturas de personajes de alto rango.

Presenta una gran variedad de formas y estilos. Los más frecuentes son vasos cilíndricos y grandes platos que pueden tener patas y tapaderas. Los vasos cilíndricos suelen medir entre 12 y 30 cm de alto y los platos entre 20 y 30 cm de diámetro.

La decoración pintada puede ir sobre una capa de estuco blanco o crema, o bien sobre un color anaranjado. El dibujo se suele hacer con una línea negra o incisa. Se usan sobretodo el rojo y el naranja que pueden variar en intensidad formando varios tonos, el blanco o crema, el negro, y a veces tonos rosas y azules.

Los vasos más antiguos presentan el uso del rojo y negro sobre naranja, con algunas veces una decoración modelada y saliente.




Las vasijas más conocidas y codiciadas son aquellas con figuras humanas en escenas e inscripciones. Los temas más frecuentes se refieren a ceremonias religiosas y políticas. Suele ser característica la presencia de un personaje principal de alto rango ricamente ataviado, que está de pie o sentado con las piernas cruzadas sobre un trono o una banqueta ceremonial. Le acompañan otros personajes secundarios, como guerreros, sirvientes o prisioneros que suelen estar de pie.

Es habitual que entre los personajes se intercalen inscripciones jeroglíficas explicando la escena. Hay un grupo de vasos denominados "de estilo códice" con detalladas inscripciones en negro sobre crema, similares a las que aparecen en los códices y las estelas.


Urgencia de la situación        
       
 Los vasos son una de las mayores y mejores fuentes de la historia y la Cultura-MAYA. Son esenciales para el entendimiento del mundo mitológico maya, de su ideología y de su sistema de creencias. Narran también los hechos en los que participaron los personajes, por lo que pueden ser también fuentes de historia.

Una sola vasija puede darnos una notable información sobre la vida y la función del personaje difunto en cuya tumba se encontró. Si se saca fuera de este contexto funerario y se desconoce el lugar exacto de procedencia, se pierde la mayor parte de esta información. 

Alrededor de 1970 se ha desarrollado un mercado en torno a este tipo de cerámica con numerosos saqueos y tráfico ilícito. Esto ha tenido repercusiones catastróficas en los sitios arqueológicos, ya que los saqueadores, en su búsqueda de sepulturas, han excavado túneles en los edificios, destruyendo monumentos y tumbas y arruinando para siempre la posibilidad de reconstruir la historia.

viernes, 14 de mayo de 2010

HALLADA ESFERA PRECOLOMBINA DE 1,10 M. EN PALMAR SUR, COSTA RICA


Excavaciones arqueológicas efectuadas en Finca 6

Museo Nacional encuentra escultura en buen estado bajo 1,5 m. de tierra. Indígenas la usaron como SÍMBOLO DE PODER a la entrada de un palenque.

Osa, Puntarenas. Durante la parte final de las excavaciones de los restos de un palenque indígena en Finca 6 de Palmar Sur, un equipo del Museo Nacional desenterró una gran sorpresa: una ESFERA DE PIEDRA de 1,10 m. en el sitio exacto donde la pusieron nuestros antepasados indígenas hace unos 1.000 años. 

El arqueólogo Adrián Badilla y su equipo hallaron esta Escultura Precolombina, confeccionada en una piedra llamada granodiorita, a 1,5 m. bajo tierra.

Sin duda, el hallazgo emocionó a todo el equipo, ya que la última vez que se había encontrado una ESFERA DE PIEDRA en su lugar original fue en 1994, en Finca 4, ubicada a unos pocos kilómetros del sitio de las excavaciones.

La pieza Precolombina muestra un buen estado de conservación, así como un “defecto de fábrica”: su perfecta curvatura está afectada por un faltante.

“Se evidencia un problema de fabricación en uno de los costados”, detalló Badilla.

Desde setiembre y hasta ayer, este arqueólogo lideró la excavación en Finca 6, en la cual se descubrieron los restos de un segundo palenque Precolombino en el sitio, tal como lo informó La Nación el 30 de setiembre pasado.

SÍMBOLO DE PODER. La Escultura Indígena fue hallada en el mismo sitio donde la colocaron nuestros antepasados indígenas: en la esquina norte de los restos en piedra del palenque Indígena, es decir, flanqueando la entrada de la rampa que conducía hacia el pórtico y el interior de la edificación. 

La semana pasada, cuando la cuidadosa eliminación de sedimentos mostró la existencia de esta pieza, todos saltaron de la alegría, entre ellos Rosa Edith Molina, vecina de la zona. “Fue una gran impresión, hubo gritos y emoción”, dijo la mujer, de 33 años.

Sólo Badilla insistía en que allí descubriría la ESFERA DE PIEDRA. No fue un golpe de azar, sino que este arqueólogo interpretó las pruebas que tenía: primero, durante la construcción de un canal en 1993 apareció una ESFERA de 1,10 m. en la esquina sur de los restos de la edificación precolombina, así que pensó que faltaba la del otro lado.

Además, en 1996, él halló dos ESFERAS DE PIEDRA caliza flanqueando la entrada de otra estructura Precolombina durante un rescate arqueológico efectuado en Finca 4.

Basado en estas evidencias, Badilla intuyó que poner ESFERAS del mismo tamaño y materiales a la entrada del palenque podría ser un patrón en aquella zona. Badilla no se equivocó y estaba feliz por su acertada observación.

¿Qué representan estas ESFERAS DE PIEDRA a la entrada de una edificación? “Sin duda, son SÍMBOLOS DE PODER usados por las sociedades jerarquizadas de tipo cacical que poblaron el sitio”, explicó Badilla.

Otra pregunta importante, entonces, es quién habitó el palenque. El arqueólogo afirmó que, aunque es difícil de determinar, se cree que fue un personaje de alto rango político y religioso –un cacique o un chamán– en el grupo Indígena que pobló Finca 6 hace unos 1.000 años.

En tal estructura Precolombina no se encontraron ni huesos ni evidencias de alimentos, pero sí otras dos esculturas: una figura humana en bulto de 40 centímetros, que es típica del delta del Diquís –nombre original del río Térraba–, así como un metate con base anular.

Tras excavar toda la estructura en piedra del palenque, también enterrada bajo 1,5 metros de sedimento, Badilla estableció que se trata de una vivienda con un alto grado de complejidad en el diseño.

La evidencia Precolombina hallada fue tapada ayer con el fin de no generarle problemas al exponerla a las inclemencias del tiempo.

viernes, 7 de mayo de 2010

VASOS PARLANTES: EL ORIGEN DEL UNIVERSO


¡Nada existía! Solamente la inmovilidad, el silencio, en las tinieblas, en la noche. Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del cielo, los Procreadores, los Engendradores, estaban sobre el agua, Luz Esparcida. Sus símbolos estaban envueltos en las plumas, las verdes; sus nombres gráficos era, pues, Serpientes Emplumadas. Sabios (…). Entonces vino la Palabra”.

Chilam Balam, p. 136-137


En una nota, explica el etnólogo Raynaud que dichos “símbolos” o “nombres gráficos” son “sus jeroglíficos, y también el nombre de los símbolos envueltos (Banda Envolvente, Fuerza Envuelta) que transportan las tribus en su emigración; puede tratarse aquí de una forma serpentina y de su envoltorio emplumado”.


viernes, 30 de abril de 2010

HALLARON SÍMBOLOS ESCRITOS TRESCIENTOS AÑOS ANTES DE NUESTRA ERA


Estos son 10 Glífos MAYAS escritos 300 años a.C. o sea 500 años antes de lo que se pensaba que la Cultura MAYA hubiese descubierto la Escritura
 
Revelan que los mayas desarrollaron la escritura antes de lo que se pensaba.

En las ruinas mayas de San Bartolo (Guatemala) se hallaron jeroglíficos pintados que datan de 200 a 300 a.C. Esto revela que los mayas usaban la escritura al menos dos siglos antes de lo que se creía. La información se publica hoy en la revista Science.

La cultura maya se extendió en Mesoamérica entre el 1500 a.C. y el 1200 d.C. Las ruinas de San Bartolo son muy valiosas por sus murales, de más de dos mil años de antigüedad. Debido al calor y las lluvias en la selva, lo poco que se conserva de la pintura maya se halla dentro o por debajo de edificaciones posteriores, ya que solían construir por encima, destruyendo parte de lo anterior.

Así se han salvado los murales de San Bartolo, pintados al estuco en el siglo I a.C., a pesar de que el sitio fue dañado por los saqueadores de ruinas. Están por debajo de un templo piramidal que mide 33 x 15 metros, con escalinatas al norte y al sur.

"Sustentaba tres habitaciones, de las cuales la central son los muros que rompieron y utilizaron como relleno. En un bloque de un muro están los Glífos", contó a Clarín Boris Beltrán, estudiante de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos, en Ciudad de Guatemala.

Beltrán fue quien detectó la inscripción, un conjunto de diez Glífos que mide 15 x 3 centímetros. "Aún no sabemos en qué parte del muro estaban. Encontramos la jamba de la puerta, que tiene pintados la cara y el cuerpo del dios del maíz", precisó a Clarín el doctor William Saturno, de la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos) y director del Proyecto San Bartolo.

Los Glífos están pintados en gruesos trazos negros sobre yeso blanco. "Es la escritura maya más temprana hallada hasta el momento, pero no fue la primera, porque la persona que hizo esto sabía bien cómo pintar -destacó Saturno-. Si tenemos escribas ya desde doscientos, trescientos años antes de Cristo, haciendo permanentes las historias, la escritura maya debió de comenzar al menos un siglo antes".

Hasta ahora se creía que la escritura más antigua de Mesoamérica era la de los zapotecas, en el valle de Oaxaca (México). "Tenemos escritura en piedra fechada en 300 a 400 a.C.", señaló Saturno. Fue grabada en estelas, bloques de piedra de 1,50 a 3 metros de altura, que se erigían al frente de las estructuras rituales. "Ahí se anotaban acontecimientos de los gobernantes, ascensos al trono, nacimientos y ciertas fechas importantes, como constancias de alguna conquista sobre otro reino", dijo Beltrán.

Algo de eso quizá registren los Glífos de San Bartolo. "Sólo podemos leer una porción del texto, que significa noble, rey; no sabemos si es el título de una persona real o mitológica", indicó Saturno. Algunos Glífos parecen claros -una mano que sostiene un buril o cuchillo, un pájaro en su nido-, "pero no se puede leer la secuencia completa porque hay Glífos que no son similares a los que conocimos más adelante", explicó a Clarín el doctor Federico Fahsen, profesor adjunto de epigrafía en la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos).

Los mayas desarrollaron una escritura silábica, "que perfectamente comunica cualquier idea que uno pueda tener -observó Fahsen-. Hay expresiones glíficas para 'murió', y otras que dicen 'su espíritu blanco voló en el aire'". Escribieron códices, en papel, de los que sólo cuatro se salvaron del fuego de los españoles. Una palabra pervivió desde las inscripciones y hoy es comprendida por todas las etnias: tz'ib, que significa escritura.

Esta es la zona de las pirámides de San Bartolo en el centro del Petén de Guatémala. Ahí se encuentra la pirámide del Tigre la más alta y la más grande en volumén en todo el mundo



viernes, 23 de abril de 2010

VASOS PARLANTES: DE TULUM, LA MUJER DE NAHARON, LA MÁS ANTIGUA DEL CONTINENTE AMERICANO







México, 11.18.2008. Eva de NAHARON tenía 45 años cuando murió y medía 1 metro 41 centímetros. Sus restos óseos tienen 13 mil 600 años de antigüedad, dicen especialistas. La osamenta se localizó en cenote, a 22.6 metros de profundidad.

Se desconocen 95 mil años de historia del hombre, apenas se han documentado los últimos 5 mil del pasado de la humanidad. No obstante, México ha contribuido con el hallazgo y fechamiento de los restos óseos más antiguos del continente encontrados en NAHARON, Quintana Roo.

Estos vestigios pertenecieron a una mujer de 45 años de edad, de un metro 41 centímetros de estatura y un peso de 53 kilogramos. De acuerdo con la prueba del Carbono 14, tiene una antigüedad de 13 mil 600 años, lo que la convierte en la más viejita de la región, incluso más que la Mujer del Peñón de los Baños, con apenas 12 mil 600 años.

Con este informe, Arturo González, director del Museo del Desierto de Coahuila; el antropólogo Concepción Jiménez, de la dirección de Antropología Física del INAH, y el antropólogo Gabriel Saucedo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, anunciaron el cuarto Simposio Internacional El hombre temprano en América, que se realizará del 18 al 22 de agosto en el Museo Nacional de Antropología.

En dicho foro se darán a conocer investigaciones como ésta, que dan respuesta a las interrogantes sobre el poblamiento del continente.

Se tendrá la participación de Carlos Lorenzo, integrante del equipo de Eudald Carbonell, en Atapuerca, España, uno de los sitios arqueológicos más importantes de la evolución humana.

Asimismo, se contará con la participación de José Luis Lanata, investigador argentino que sostiene que los grupos humanos llegaron a América hace más de 18 mil años.

Uno de los trabajos que más llamará la atención es el que presentará James Chatters, acerca del Hombre de Kenewik, uno de los restos óseos que más ha despertado polémica por su afiliación poblacional.



Tulum en la historia

Hace dos semanas, en el Congreso Mundial de Arqueología en Irlanda se reconoció el descubrimiento de Eva de NAHARON realizado por el equipo del paleontólogo Arturo González, en un cueva localizada a 44.5 kilómetros al suroeste del poblado de Tulum, en el sistema subterráneo llamado El Naranjal.

En este lugar, explica el también paleontólogo, se encontró el esqueleto parcialmente completo de una mujer de entre 30 y 40 años de edad, de 141 centímetros de estatura y un peso estimado de 53 kilogramos.

De la osamenta de NAHARON se obtuvo un primer fechamiento de Carbono 14, a través de la técnica de Aceleración por Espectrometría de Masas (AEM), lo que dio una antigüedad de 13 mil 600 años.

González explica que el colágeno encontrado en los tejidos era pobre, así que los especialistas de las universidades de Oxford y California tuvieron que trabajar con el poco material obtenido en los huesos, los cuales permanecieron bajo el agua durante más de 13 mil años.

No sabíamos que los hombres de la Era del Hielo nos habían dejado en Tulum, un testimonio funerario, una mujer viejita que murió a los 45 años y tiene una antigüedad de 13 mil 600 años, añadió Arturo González.



El descubrimiento no fue fortuito, se trabajaba en el Proyecto del Atlas Arqueológico en la región. El ingreso se realizó a través de un cenote de 30 por 45 metros de diámetro. La osamenta humana se localizó a 368 metros de la entrada de la oquedad más próxima, también llamada NAHARON, y a 22.6 metros de profundidad.

Como referencia a este hallazgo, el antropólogo Concepción Jiménez, indica que hasta hace unos años, los restos más antiguos de América eran los de la Mujer del Peñón, fechados en 2000 por el método de Carbono 14. Recordó que esta osamenta fue descubierta de forma accidental cuando el señor Tereso Hernández cavaba un pozo en su propiedad, en la Ciudad de México.

Ante el gran universo de investigación, Arturo González, señaló que se necesitan más arqueólogos, biólogos y paleontólogos interesados en el estudio del ORIGEN DEL HOMBRE.



 
Los habitantes más antiguos de México alcanzan más de 10 mil años

Algunos estudios indican que fue hace más de 20 mil años cuando llegaron los primeros hombres al territorio del Continente Americano. Se cree que fueron tres oleadas de migrantes, provenientes de otras latitudes, las que se asentaron en lugares que poseían abundantes fuentes de recursos naturales como la Cuenca de México. Precisamente fue en esta región donde se localizaron los restos de 54 personas, considerados los habitantes más antiguos de México.

Son la referencia más antigua de la historia antropológica del país y forman la Colección de Hombres Precerámicos, llamados así por pertenecer a un periodo en que la elaboración de la cerámica no existía. También se les conoce como prehistórico. Esta serie de esqueletos son parte de la gran colección osteológica que resguarda el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en las instalaciones del Museo Nacional de Antropología (MNA).

En entrevista, el antropólogo Concepción Jiménez mencionó que esta serie de esqueletos es de gran importancia por su antigüedad, la cual va de los 12 mil 700 a los 4 mil años. A partir de los estudios aplicados, se ha podido obtener información que permite definir las actividades desarrolladas por estas personas así como sus costumbres, hábitos alimenticios y estilo de vida, entre otros aspectos.

Esta colección se ha conformado con el paso del tiempo, por los restos óseos localizados, la mayoría de manera fortuita, en diferentes lugares de la cuenca. El primer hallazgo se remonta a 1884 cuando, al realizar excavaciones en la zona que ocupa la colonia Peñón de los Baños, fueron identificados los restos de un hombre que sería llamado el Hombre del Peñón I. Se encontró fragmentado e incrustado en roca con un proceso de mineralización muy avanzado.

Sin embargo, no se ha podido definir su antigüedad debido a la ausencia de colágeno en los huesos —sustancia que permite definir la temporalidad por medio del Carbono 14— por lo que se buscaron otras alternativas como la técnica con uranio, que brinda resultados satisfactorios. Actualmente una muestra de esos restos se encuentra en los laboratorios de la Universidad de Brixton, Inglaterra.

Lo mismo sucede con los restos del Hombre del Peñón II, encontrados en junio de 1957. Este esqueleto de sexo femenino se encuentra fragmentado y con un alto grado de mineralización; se cree que tuvo de 25 a 30 años en vida.

 En 1959 se recuperan los restos más antiguos localizados hasta la fecha. A la Mujer del Peñón III —la habitante más antigua de México—se le atribuye una antigüedad de 12 mil 700 años. A diferencia de los anteriores, este esqueleto contiene un ligero proceso de mineralización, era del sexo femenino y tenía una edad, al momento de morir, de entre 24 y 26 años.

 Posteriormente, el 22 de febrero de 1947, se localizan los restos óseos de otro hombre en Tepexpan, Estado de México. El esqueleto se recuperó casi en su totalidad y aunque presenta un avanzado estado de fosilización, se encuentra conservado. Se le atribuye una antigüedad de 2 mil 200 años y una edad en vida que oscila entre los 30 y 35 años.

 Para 1953, en la colonia Santa María Aztahuacán, fueron hallados los restos de una pareja, un hombre de 25 a 30 años y una mujer de 25 a 35 años de edad. A través del método de Hidratación de obsidiana, se les concedió una antigüedad de 9 mil 400 años y los esqueletos están casi completos; se encuentran en buen estado y presentan un proceso de mineralización avanzado.

 Durante la década de los sesenta se realizaron dos hallazgos de suma importancia: el Hombre de Tlapacoya, en 1968, de 30 a 35 años de edad con una antigüedad de 9 mil años; y el Hombre del Metro Balderas, en 1967, de 35 a 40 años en vida y con 10 mil 500 años de antigüedad.

 Si bien todos los anteriores son los hallazgos más representativos de la colección, existen otros como el Hombre de Chimalhuacán y el Hombre de Texcoco —el más reciente, localizado en marzo de 2000— que completan la serie. Con los estudios realizados se han podido obtener una serie de datos que están relacionados con sus estilos de vida.

Por ejemplo, el estado que presentan los dientes se relaciona con cuestiones de alimentación. Los especialistas consideran que su dieta estaba compuesta por una serie de alimentos duros que provocaban el desgaste dental. Se infiere también que la dentadura fue una de sus principales herramientas al momento de confeccionar sus ropas o fabricar armas o utensilios.

Se ha llegado a la conclusión de que fueron personas que disfrutaban de buena salud. Los restos de estos hombres no presentan evidencias de haber padecido enfermedades que con el tiempo surgieron; sin embargo, la constante en la edad al momento de morir (30-40 años) muestra que su expectativa de vida era corta, en comparación con la actual. Esto se relaciona con algunos padecimientos como calenturas o gripas, que no pudieron contrarrestar en su momento.

Otra de las principales características es que los esqueletos presentan un cráneo alargado, rasgo que permite a los investigadores determinar, a primera vista, que se trata de restos precerámicos. Cabe mencionar que estas dimensiones craneales, desaparecieron con el paso del tiempo.

Umbrales Sagrados

Los restos óseos de la mujer americana más antigua, datados en 11 mil 600 años; y de animales pleistocénicos como el gonfoterio y el gliptodonte, que habitaron hace 20 mil años; numerosas piezas prehispánicas mayas y un par de rifles usados en el siglo XIX durante la Guerra de Castas, son parte de los “tesoros” rescatados en cuevas y cenotes de México.

Por primera vez, el Museo del Templo Mayor (MTM) —dedicado a la difusión de la cultura mexica—, alberga éstos y otros materiales de gran importancia, que suman cerca de 200, recuperados en exploraciones arqueológicas llevadas a cabo en este tipo de espacios naturales distribuidos en los estados de Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Chiapas y Tabasco.

La exposición Umbrales sagrados, portales mágicos. Cuevas y cenotes mayas —que reúne una colección paleontológica, arqueológica e histórica, única—, fue inaugurada la víspera en este recinto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), donde podrá ser visitada a partir de hoy y hasta el 8 de febrero de 2009.

De acuerdo con el arqueólogo Luis Alberto Martos —curador de la muestra temporal—, si bien la inmersión con fines científicos en estos depósitos, inició a principios del siglo XX con los estudios de Edward Thompson en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá, Yucatán; las exploraciones sistemáticas en los mismos comenzaron en la década de los 90.

“Las cuevas y los cenotes son espacios muy interesantes porque en ellos coexiste lo profano y lo sagrado. Ahí se encuentran vestigios de actividades domésticas y de extracción de materiales constructivos, sin embargo, para los mayas fueron un acceso que conectaba con lo sobrenatural, eran vistos como portales hacia los planos cósmicos”, explicó en conferencia de prensa el también Director de Estudios Arqueológicos del INAH.

Pero miles de años atrás, cuando la Península de Yucatán era una pradera, por ella pasaron animales de grandes dimensiones, caso del gonfoterio y el gliptodonte. Los restos óseos de algunos de éstos, así como réplicas de tamaño original prestadas por el Museo del Desierto en Coahuila, pueden admirarse en Umbrales sagrados, portales mágicos.

El cráneo de la Mujer de Najaron, hallado en ese lugar de Quintana Roo —como se dijo, el más antiguo de América con 11 mil 600 años—, es una de las piezas prehistóricas que destacan en la exhibición. A su vez, se encuentra el cráneo de la Mujer de Palmas, con una antigüedad de 10 mil años, y el cual revela huellas de sacrificio.

Entre la colección se encuentran diversos objetos cerámicos mayas como vasijas, ollas globulares, incensarios antropomorfos y portaincensarios, braseros, urnas, sahumadores y cántaros, entre otros; además de orejeras, vasos en alabastro, metates en piedra; cuentas, pendientes y sartales en piedra verde; orejeras y cascabeles en cobre; y una máscara miniatura con incrustaciones de piedra y concha.

Varios de estos enseres rituales y ornamentos prehispánicos, que van del 150 a.C a la Conquista, fueron recuperados mediante exploraciones en diversas cuevas de Xcaret (Quintana Roo), en el Cenote Sagrado de Chichén Itzá y las grutas de Balamkanché y de Chaac (Yucatán), así como en las cuevas de la Sierra Tapijulapa (Tacotalpa, Tabasco), por citar algunos.

Las instituciones prestatarias —la mayoría adscritas al INAH— son los museos regionales “Carlos Pellicer Cámara” de Tabasco, “Palacio Cantón” de Yucatán y de Chiapas, los Centros INAH de estas dos últimas entidades, el Instituto de Cultura de Tabasco; el museo del Ex - convento de San Bernardino de Siena, Valladolid, Yucatán; la Subdirección de Arqueología Subacuática y la Dirección de Estudios Arqueológicos.

Durante la Guerra de Castas, en el siglo XIX, las cuevas sirvieron de refugio a los mayas rebeldes, quienes depositaban ahí su arsenal. Esto se comprobó con el hallazgo de 129 rifles y otro tipo de armamento en un cenote aledaño al Ex - convento de San Bernardino de Siena, en Valladolid, Yucatán. Dos de ellos también se exponen en Umbrales sagrados, portales mágicos.

El visitante de la exposición comprenderá finalmente el arduo trabajo que implica la exploración arqueológica en estos pasajes prácticamente ignotos. Se requiere de una preparación especial por parte del investigador, así como del uso de técnicas de espeleología y espeleobuceo, y métodos particulares de registro.

TULUM es la única entrada y salida a la península de Yucatán, espléndido hogar de la mujer de NAHARON, que vivió hace 13,600 años, durante la fría temporada de la última glaciación